El amor es como el chocolate. Hace sentir bien, genera calor y sensualidad y, cuando se acaba, su sabor tarda unos instantes en desaparecer.
Los chocolates más finos son costosos y amargos. Lo mismo sucede con el amor, mientras más artificial, más dulce y empalagoso.
No importa dónde, cuándo ni por qué, siempre se disfrutan.
Muy acertado... muy acertado...
ResponderEliminarQuien iba a decir que eres todo un poeta Felipin...
Saludos !
P.S. Ya se me antojo un chocolate de L'amandine
Ah ya sabes, no solo de PHP vive el hombre jajaja
ResponderEliminar