viernes, 14 de agosto de 2009

Chocolates

El amor es como el chocolate. Hace sentir bien, genera calor y sensualidad y, cuando se acaba, su sabor tarda unos instantes en desaparecer.

Los chocolates más finos son costosos y amargos. Lo mismo sucede con el amor, mientras más artificial, más dulce y empalagoso.

No importa dónde, cuándo ni por qué, siempre se disfrutan.

2 comentarios:

  1. Muy acertado... muy acertado...

    Quien iba a decir que eres todo un poeta Felipin...

    Saludos !

    P.S. Ya se me antojo un chocolate de L'amandine

    ResponderEliminar
  2. Ah ya sabes, no solo de PHP vive el hombre jajaja

    ResponderEliminar